Epiayú Ipuana es un soldado indígena experto en despeje de artefactos explosivos

Es pausado al hablar, pero pierde timidez para contar con orgullo que hace parte de una comunidad indígena. El soldado Ángel Epiayú Ipuana, nacido en Riohacha, La Guajira, cuenta que se incorporó al Ejército Nacional porque creció viendo en esta institución un referente de orden y progreso.

Epiayú inició su riguroso entrenamiento en la base militar de San Martín, Meta, haciendo parte del tercer grupo de militares que este año ha llegado al lugar para certificarse y tener la capacidad plena de despejar artefactos explosivos improvisados.

La labor que tendrán Epiayú y sus compañeros en los territorios es de gran importancia para la tranquilidad y la protección de la vida de quienes viven en la ruralidad. Desactivar un solo elemento explosivo en el campo puede representar la vida de un niño lleno de ilusiones o de un campesino que trabaja nuestras tierras.

El guajiro, que se crio con su madre y varios hermanos, piensa en su futuro y el de su familia. El sueño de ser integrante del Ejército Nacional lo tenía desde niño y hoy es una realidad.

«Me presenté a prestar el servicio militar en La Guajira y me enviaron para Chiquinquirá, Boyacá. Eso fue en el 2022. Ahora ya llevo un año como soldado profesional. Lo que más me gusta de esto es trabajar en equipo y la disciplina», comentó.

Como buen soldado y alumno, sabe que debe cumplir las instrucciones al pie de la letra para no correr riesgo en cada operación que le sea asignada: «Lo más importante es analizar la amenaza para hacer el procedimiento y así estar más seguro. Uno siempre trabaja en grupo. Estoy motivado con esta labor porque es para proteger a los míos”, agregó Epiayu.

En San Martín, en lo corrido del presente año se han certificado 223 militares para despejar artefactos explosivos que hoy ya están en los territorios protegiendo la vida de civiles y militares.