En Colombia, no vacunados tienen de 4 a 9 veces más riesgo de morir por covid-19

Desde que se inició la inmunización de la población mundial, muchos países han realizado evaluaciones de las diferencias en las tasas de hospitalización y muerte por covid-19 entre personas vacunadas y no vacunadas, como una manera de evaluar la efectividad de las vacunas. En estos estudios se ha evidenciado de manera consistente un importante efecto protector de las vacunas para disminuir el riesgo de enfermedad grave por Sars-Cov2.

En Colombia, la Dirección de Epidemiología y Demografía y la Dirección de Medicamentos y Tecnologías en Salud del Ministerio de Salud y Protección Social adelantan periódicamente actualizaciones del estudio de Efectividad de las vacunas contra el covid-19 – Cohorte Esperanza, el cual arrojó nuevos resultados a nivel país, relevantes para la ola actual que se enfrenta asociada a la variante ómicron.

Julián Fernández, director de Epidemiología, dijo que los hallazgos de este estudio -del periodo entre el 28 de noviembre y el 8 de enero- muestran que, como ya era conocido, el riesgo de hospitalización y muerte se incrementa con la edad.

Sin embargo, en todas las edades, a partir de los 30 años, este riesgo es varias veces más alto para el caso de las personas no vacunadas, comparadas con las personas vacunadas del mismo grupo de edad.

«Ejemplo: en Colombia, aquellas personas no vacunadas de 60 a 69 años, durante el mes de diciembre tuvieron cinco veces más riesgo de muerte que las personas vacunadas con esquema completo, del mismo grupo de edad», apuntó.

Lo mismo sucedió en el grupo de 80 años y más, población en la que se observó la mayor probabilidad de enfermar gravemente y morir por covid-19; pero también en ellos se observó que este riesgo disminuye varias veces en las personas vacunadas con esquema completo.

El director explicó que, «en todos los grupos de edad analizados, consistentemente se observa ese mayor riesgo en las personas no vacunadas, que varió entre 3 a 6 veces, durante el mes de diciembre. Esos riesgos pueden variar de acuerdo con el momento de pico (situación epidemiológica) y el tiempo que haya pasado desde que las personas son vacunadas, dado los cambios de la protección de las vacunas en el tiempo, especialmente cuando no han recibido su refuerzo, por esto en periodos más largos el riesgo relativo estimado puede ser diferente».

El estudio de Cohorte Esperanza ha publicado ya dos informes sobre la efectividad de las vacunas en personas de 60 años y más, como preprint (https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3944059 y https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3978556) y se espera pronto dar a conocer un informe y un estudio científico sobre la efectividad de las vacunas contra el covid-19 para todas las edades en Colombia.

Para este último análisis se usó un enfoque de cohorte dinámica, y se incluyeron 22.165.609 personas en total.

«Esta evidencia de la vida real, consistente con la literatura científica a nivel internacional y con los hallazgos de agencias de países como Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, ratifica aún más, ahora durante esta oleada de ómicron, que es posible reducir significativamente el riesgo de hospitalizarse o morir a través de la vacunación con esquema completo y mucho más con los refuerzos, cuando corresponda», señaló.

Agregó que estos son los riesgos relativos crudos y que próximamente se publicarán las estimaciones ajustadas, en los informes científicos. Además, un estudio posterior evaluará el impacto de los refuerzos en los distintos grupos de edad.

Frente a ómicron

Ante el pico por la variante ómicron, Fernández aseguró que esta situación constituye un gran desafío para los sistemas de salud, principalmente por su impacto sobre los servicios de atención y la afectación del talento humano en salud, así como de trabajadores de otros sectores estratégicos de la sociedad.

Pero, anotó, que «se ha encontrado, en casi todos los países, que la mortalidad y la hospitalización es proporcionalmente más baja que con las anteriores variantes, para el alto volumen de contagios. La mortalidad es mucho más baja de la que se había observado en los anteriores picos».

Esta relativa menor severidad se explica por dos razones fundamentales: la primera, que el virus es menos invasivo a nivel pulmonar, es decir, que su capacidad de producir enfermedad grave (virulencia) es relativamente menor.

La segunda está relacionada con la vacunación. «Aunque de todas maneras personas vulnerables especialmente no vacunadas o con enfermedades crónicas que no se hayan reforzado pueden complicarse y morir», aclaró el funcionario.

También, indicó que frente a la nueva variante la efectividad para prevenir el contagio se ve disminuida, especialmente sin refuerzo, pero, esa efectividad para prevenir las formas graves, que depende de un mecanismo distinto llamado inmunidad celular, sigue siendo alta y se incrementa mucho más con el refuerzo, el cual aumenta significativamente, además de los niveles de anticuerpos neutralizantes, la respuesta de las células T o de memoria, contra ómicron.

Asimismo, advirtió que esa efectividad disminuye con el tiempo, por eso a nivel internacional y de país se han adelantado acciones para permitir el acceso a la dosis de refuerzo oportunamente, especialmente para poblaciones de riesgo.

«En Colombia fueron priorizadas inicialmente las personas con inmunosupresión y mayores de 50 años, que no solo tienen un mayor riesgo de complicación y muerte, sino que, además, particularmente en los más mayores la respuesta inmune disminuye rápidamente, por lo que se llama inmunosenescencia, es decir el envejecimiento del sistema inmune, y que, además, en cifras absolutas, estas personas aportan un mayor número de muertes y hospitalizaciones», aseveró.

Si bien Colombia tiene coberturas completas de vacunación por encima del 80 % en personas entre los 50 y 69 años, y del 90 % en población de 70 años y más, es necesario que todos los adultos y niños faltantes se vacunen, se completen los esquemas y que las personas accedan a su refuerzo cuando les corresponda.

«La propagación de ómicron es muy rápida, pero dado el comportamiento asincrónico en el país, tenemos un tiempo de oportunidad a nuestro favor para que las personas que no han comenzado o terminado su esquema lo hagan lo más pronto posible, y accedan a la dosis de refuerzo cuando se haya cumplido el tiempo. Esto hace una gran diferencia entre el riesgo de complicarse y morir. No existe razón para esperar, el mejor momento para hacerlo es ahora», concluyó Julián Fernández.