El próximo 29 de octubre es el Día Mundial de la lucha contra el Accidente Cerebrovascular

La Secretaría de Salud de Boyacá, cada 29 de octubre se une a la conmemoración del ‘Día Mundial de la lucha contra el Accidente Cerebrovascular’, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud  – OMS para la concientización sobre este problema de salud pública, posicionado cada vez más como una de las principales causas de muerte y discapacidad.

Al respecto la referente de la Dimensión Vida Saludable y Condiciones No Transmisibles, Martha Veira Andrade, manifestó: «cuando un ACV no se trata a tiempo, puede tener consecuencias graves y poner en peligro la vida. El tiempo es esencial en el tratamiento del accidente cerebrovascular porque cada minuto sin tratamiento significa que más células cerebrales se ven privadas de oxígeno y nutrientes, lo que provoca un daño irreversible. Por esta razón, queremos compartir la incidencia de los ACV en el país y los factores de riesgo modificables que ayudarán a reducir las probabilidades de sufrir un derrame cerebral».

En los últimos años, el ACV en Colombia ha ocupado la segunda y tercera causa de muerte, y es la primera causa de discapacidad en la población adulta. Además, son más de 45.000 de estos eventos al año y casi 16.000 las personas que mueren por esta causa, lo que representa más de 100 ataques cerebrovasculares al día.
También en Boyacá ha aumentado significativamente la incidencia de la enfermedad, donde su incidencia se encuentra entre 89 a 150 por 100 mil habitantes; en Tunja son 178 a 300 casos nuevos de ACV isquémico al año, por 100 mil habitantes, y se configura como una de las primeras 10 causas atendidas en las instituciones de salud del departamento.

«Para prevenir un accidente cerebrovascular, es fundamental abordar a la población desde la educación en salud y atención primaria en salud que permita modificar varios factores de riesgo que contribuyen a su aparición.

En Colombia, los factores de riesgo modificables se pueden categorizar en aspectos relacionados con el estilo de vida, enfermedades y ciertos comportamientos. Cuando se comprenden y se controlan efectivamente los factores de riesgo, las personas pueden reducir las posibilidades de sufrir un derrame cerebral», añadió la Referente.

Entre algunos factores de riesgo que se deben considerar, están la hipertensión, que se ubica como el principal factor de riesgo de ACV, y los malos hábitos alimentarios que pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad; por eso, según el equipo sectorial, es indispensable fomentar una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, mientras se limita el consumo de grasas saturadas, grasas trans, sal y alimentos y bebidas azucaradas. El sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el sobrepeso, la diabetes mellitus y la dislipidemia son otras condiciones que aumentan la probabilidad de un ACV a lo largo de la vida.

Finalmente, Veira señaló que debe continuar el fortalecimiento de acciones encaminadas a la promoción de estilos de vida saludable y la suma de esfuerzos para que la población identifique los síntomas del ACV que permitan una respuesta oportuna: «extendemos el llamado a continuar con las intervenciones y la voluntad institucional para la implementación de rutas de atención integral en salud, y así mismo propender por la identificación temprana del riesgo cardiovascular y metabólico».