Presidente Petro ordenó a la Policía incautar medicinas que hayan sido acaparadas ilícitamente

Así lo determinó el jefe de Estado en la ceremonia de ascensos de 97 mayores al grado de teniente coronel y 208 capitanes al grado de mayor, que se realizó en la Escuela de Policía General Santander de Bogotá.
En sus palabras ante la cúpula, los oficiales y las familias, el presidente Gustavo Petro dijo que muchas empresas guardan en sus bodegas las medicinas que necesitan las y los colombianos “y no se la entregan a la gente buscando que no se reforme la salud”.
Por ello, el mandatario insistió en que “es un deber de todo policía o policía de Colombia ir a las farmacias y, sin incumplir las normas, ir a las bodegas y determinar en cada pueblo de Colombia en dónde están guardando las penicilinas y las medicinas que necesitan con urgencia muchos enfermos en este país, que no tienen por qué suplicar cuando la medicina ya la compró el Gobierno de antemano y está en abundancia”.
Aseguró que la Policía y los alcaldes del país, dentro del margen de las normas, deben incautar esas medicinas acaparadas ilícitamente, en la medida en que insistió que “si no está la medicina es porque la plata se la petaquearon y eso se llama delito contra el patrimonio y la vida de la sociedad colombiana”.

Rescatar la juventud

En su discurso, el presidente Gustavo Petro se refirió a las cifras de delincuencia del país y reconoció que la realidad social del país lleva a muchos jóvenes a terminar delinquiendo con las bandas criminales, muchas de ellas que los reclutan ilegalmente.
“Ustedes tienen la obligación de sacar a los otros jóvenes de las bandas o se llevan a la cárcel o se les da la mano para que entiendan que la violencia no es el camino”, enfatizó el mandatario.
Anotó que “necesito aquí a promotores del arte y que sepan de eso y no que se oscurezcan como la demás parte de la sociedad en el siglo de la irracionalidad y la barbarie, porque una policía bárbara no salva a la nación, no la lleva adelante, solo una policía sabia, experimentada, que sepa de tratar al ser humano y defender su derecho y su dignidad y no dejarla jamás, es la que puede llevar a nuestra juventud a salir del homicidio”.
Explicó que quienes más asesinan en Colombia, según las estadísticas, “están en las grandes ciudades y son relativamente jóvenes y matan a otros jóvenes como si la barbarie se hubiera desatado, como si la muerte entre los jóvenes no fuese la más costosa de la sociedad colombiana y no se llaman grupos armados organizados se llaman bandas de los barrios”.
Por esto, el presidente insistió en que no se trata de “llevar filas de jóvenes a las cárceles, donde saldrán más delincuentes, porque nuestra cárcel no es una escuela de rehabilitación sino que es una escuela del delito, y esos jóvenes salen más delincuentes que como entran cuando las cárceles deberían ser universidad y salir con el saber en el corazón, la sensibilidad del arte y los saberes del cerebro”.