Padre e hijo se reencuentran en el Meta luego de 20 años

Pasaron 20 años para que Jorge*, un joven que creía que su padre había fallecido en contexto del conflicto armado, lograra darse un abrazo con su papá, en un emotivo reencuentro realizado en Villavicencio, Meta.

Dentro de las investigaciones humanitarias y extrajudiciales, que la UBPD construye a lo largo y ancho del país, en el Plan Regional de Búsqueda Sur del Guaviare, Efraín*, el padre de Jorge*, era parte de un universo de 1.154 Personas dadas por Desaparecidas en el conflicto armado.

Según relató el joven a los servidores de la Unidad de Búsqueda, sus padres llevaban dos años de relación sentimental cuando, por la violencia en la región, su madre se vio obligada a salir de Miraflores, Guaviare, en el año 2000.

Los años fueron pasando y Efraín* desapareció por completo de la vida de Jorge*, y de su madre, quien lo daba por muerto. No obstante, él permanecía con vida y en medio de la violencia, huyendo y con una diminuta esperanza de volver a verlos.

En dos departamentos diferentes se inicia la búsqueda de Efraín*. El proceso avanzó por parte del Grupo Territorial de Villavicencio, a partir de los datos que el Sisbén proporcionó, relacionados con lugar de ubicación y número telefónico. Sin embargo, dadas las dificultades propias de las acciones de contacto, el Grupo Territorial del Guaviare asumió la tarea de confirmar la información y realizar los primeros acercamientos con Efraín*.

Según Diana Marcela López Sarasa, coordinadora del Grupo Territorial del Guaviare de la UBPD, se adelantaron todas las acciones necesarias para generar el contacto con Efraín*, encontrado con vida, pese a no ser un trabajo fácil, “considerando que esta persona se encontraba en un territorio que todavía es de difícil acceso, debido a diferentes limitaciones tanto por inexistencia de vías terrestres, como con las dificultades de comunicación”, dijo.

Por su parte, Diana Paola Viveros, coordinadora del Grupo Territorial de Villavicencio afirmó que “esta ha sido una experiencia gratificante y sanadora, porque le ha permitido (a Jorge*) reencontrarse, conocerlo (a Efraín*) y también entender otra parte de la historia de su vida que no conocía”.

Así fue la búsqueda

Este reencuentro es el resultado de una ardua búsqueda que inició en el año 2020, cuando Jorge* se puso en contacto por primera vez con la Unidad de Búsqueda, con temor y algo de incredulidad, debido a que acudió por insistencia de su esposa al ver en televisión las acciones realizadas por la UBPD.

La espera fue larga, pero Jorge* argumentó que con cada avance presentado por los y las profesionales de la Unidad de Búsqueda, aumentaba la esperanza de encontrar a su progenitor. No obstante, no pudo ocultar su preocupación, dado que las condiciones de seguridad, que todavía se mantienen en esta zona del país, hacían crecer la posibilidad de no encontrarlo con vida.

Tras indagaciones en diferentes bases y sistemas de información, consultas con la misma población y varios diálogos con Jorge*, fue posible obtener indicios sobre el posible paradero de Efraín* y una alta posibilidad de que este se encontrara con vida. Una vez se pudo confirmar, se dio inicio al proceso de contacto.

Pese a ser una situación esperanzadora, no era nada fácil establecer comunicación con él. Esto obedecía a que en la zona rural de Miraflores, donde se encontraba, la conectividad era cada vez más difícil y solo existía un teléfono comunitario.

Dadas las prevenciones a causa del ambiente de peligro y violencia que se mantiene en esta zona, Efraín* desconfiaba y no fue posible establecer una comunicación efectiva. Es así como la familia que constituyó Efraín* comenzó a jugar un papel fundamental.

“Desde el primer momento fue muy difícil, porque uno sin saber de dónde venía la llamada… Pero ya en el momento en que me dijeron que era mi hijo el que me buscaba, pues yo muy contento, alegre, ya sintiéndome papá nuevamente”, dijo Efraín*.

María*, hija de Efraín* fue pieza clave en esta historia al facilitar el trabajo de investigación de los profesionales de la UBPD en Guaviare, con quienes adelantaron toda la investigación pertinente para poder confirmar que sí se trataba de la misma persona que Jorge* buscaba.

«Fueron muchos meses de investigar, de acercamientos con ambas partes, hasta que llegó el mes de mayo de 2023, donde padre e hijo aceptaron un encuentro personal que terminaría con más de 20 años de ausencia por cuenta de la influencia del conflicto armado en esta zona del país», relató Diana Paola Viveros.

“El proceso de búsqueda fue una iniciativa que tomé hace aproximadamente tres años, siempre con la esperanza de encontrar a esta persona con vida, que en este caso es mi padre. Y el día de hoy se logró eso y pues afortunadamente está con vida y eso me hace muy feliz”, afirmó Jorge*.

El reencuentro

Una sonrisa cargada de nerviosismo podía transmitir Efraín* en los momentos previos al encuentro. Sentado esperaba por la aparición de Jorge*, su hijo que ya es mayor de edad y tiene incluso una familia formada, a quien el conflicto le impidió conocer.

Jorge* ingresó a la sala y no pasó mucho tiempo hasta que un buen apretón de manos y un abrazo culminaron con muchos años de ausencia. Pudieron expresar alegría y nostalgia a la vez.

“El reencuentro se dio bien, excelente, feliz por el lado de él y por el lado mío muy tranquilo”, aseguró Jorge*. Por su parte, Efraín* expresó «contento, feliz desde que comenzó el proceso hasta el final. Hoy en día me siento más alegre, sintiéndome un papá que de pronto ante Dios valgo mucho porque por eso me tiene acá con vida”.

¿Qué representa un reencuentro?

Pese a que encontrar una persona dada por desaparecida con vida no es una situación recurrente, sí es una oportunidad para devolver la esperanza a las personas buscadoras del país. En voz de las coordinadoras de Meta y Guaviare, se confirma el valor reparador que tienen este tipo de acciones en las que participa la Unidad de Búsqueda.

“Encontrar una persona con vida es una gran alegría, es un estímulo para la entidad, también para las víctimas de desaparición y, sobre todo, en un contexto como en el que nos encontramos actualmente en Guaviare, en el que persisten hechos de conflicto armado, presencia de actores armados que siguen generando desapariciones”, aseguró Diana Marcela López.

“Esta historia invita a las familias que están buscando a las personas que fueron desaparecidas durante el conflicto armado, a superar todos los retos que implica la búsqueda, quizás mucho tiempo, quizá ausencia de información, pero este reencuentro nos dice que sí es posible encontrar a las personas que están desaparecidas; todos y todas tienen derecho a ser buscados y aquí estamos como una institución humanitaria con todo el compromiso para acompañar a buscarlos y por supuesto, a encontrarlos”, dijo Diana Paola Viveros.