Luz Janeth Forero Martínez es la nueva directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas

Con una amplia trayectoria en el sector público y más de 28 años de experiencia institucional, Luz Janeth Forero Martínez se posesionó hoy ante el presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, como directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y razón del conflicto armado, para el periodo 2023-2028.

La nueva directora nació en El Carmen de Viboral, Antioquia, en el seno de una familia paisa poco tradicional, aunque con gran vocación de servicio. “Recuerdo mi casa en mi pueblo llena de alegría, hermosos momentos con mis padres y hermanos, recorriendo su campo o sentados en torno a una mesa donde conversábamos mucho y tomábamos ‘el algo’ con arepa paisa, agua de panela y queso”.

Luz Janeth, vive orgullosa de sus raíces, pero se considera ciudadana del mundo, “mi mamá, Martha Martínez, me inspira, una mujer sensible, que desde el arte ha destacado lo más simbólico de El Carmen como son las vajillas y las artesanías, como piezas únicas pintadas a mano por mujeres empoderadas que trabajaban en esto desde el siglo 19, antes que las mujeres colombianas se vincularan a la fuerza laboral; su obra “Tiestos” encarna esa tradición y el amor profundo por el arte y por la historia. Así mismo, mi padre Guillermo Forero un consagrado profesor de mecánica industrial quien me transmitió un gran sentido de la responsabilidad, la disciplina y el profundo amor por el servicio público”, relata al hacer memoria de su infancia.

Es médica cirujana de la Universidad de Antioquia (1985), especialista en Epidemiología de la Universidad del Rosario (1999) y doctora en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas de la Universidad Externado de Colombia (2013); sin embargo, tiene corazón de forense, ciencia en la que fue entrenada en el Instituto Nacional de Medicina Legal.

A lo largo de su vida ha palpado las distintas formas de violencia que han desgarrado al país, experiencias que la impulsaron a dedicarse a su estudio y análisis con propósitos de prevención, empezando a vivir de cerca desde los precarios centros de salud de la comuna nororiental de Medellín, como estudiante de medicina, y durante su año de servicio social en Yarumal.

“Atender personas lesionadas independiente de su origen, género, causa, raza, filiación, nacionalidad o bando del conflicto me enseñaron la inclusión y la no discriminación y que debía trabajar para incidir en la transformación de la realidad violenta de nuestro país”, relató.

Su crecimiento personal y profesional se desarrolló en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde desempeñó diversos roles de orden técnico y administrativo, en el nivel seccional y nacional, hasta alcanzar la dirección general de esa entidad, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar esa posición, honor que considera un reconocimiento a la entrega de muchas mujeres colombianas que han luchado por la reivindicación de sus derechos y han forjado su carrera por meritocracia.

“El INML y CF fue mi gran escuela, allí aprendí de la mano de grandes maestros la planeación, programación, coordinación, realización y control de la actividad pericial y me apasioné por la investigación científica, epidemiológica, criminológica y social, aplicada a diversos fenómenos criminales o violentos. Por ello, puedo decir que conozco la desaparición desde el registro de las personas que han sido desaparecidas, la práctica de necropsias de fallecidos no identificados, el diseño e implementación de sistemas de recolección de datos que den cuenta de esta extrema violencia y la investigación de sus dinámicas”, indicó.

En el Instituto de Medicina Legal también impulsó la creación de la publicación Forensis: “datos para la vida”, la cual, por más de 20 años, ha evidenciado la violencia en Colombia y con ello diferentes violaciones a los derechos humanos, su afán por el dato y la información lo explica al considerar que estos son el principal instrumento de derechos, transformador y generador de política pública.

Desde esta entidad, igualmente, lideró la génesis de la revista “Masatugó, mujer que recibe lo malo para entregar lo bueno”, orientada al análisis de las violencias contra las mujeres. “La defensa del derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y de los derechos sexuales y reproductivos” ha sido su proyecto transversal de vida, acompañando el diseño de políticas públicas de género y de atención integral a las víctimas. La postura política por “construir equidad de género me ha permeado en todos los lugares y posiciones en los que me he desenvuelto”, argumentó Forero Martínez.

Uno de los momentos profesionales que valora profundamente, fue su paso por el Centro Nacional de Memoria Histórica, donde hizo parte del equipo que desarrolló la investigación: “La Dinámica de la Desaparición Forzada y el Secuestro en Colombia 1970-2010, una Contribución a la Verdad y a la Memoria Histórica en Procura de la No Repetición”.

“Desde allí, construimos de la mano de las organizaciones sociales, el balance de fuentes oficiales y no oficiales sobre las personas dadas por desaparecidas en el país, bajo el convencimiento que no se trataban de un “dato”, sino de miles de historias que deberían ser contadas. Dejamos presente la imperiosa necesidad sobre los esfuerzos y la respuesta que tenía que ofrecer el Estado a las familias de las personas que habían sido desaparecidas”, reveló.

En su trayectoria, la nueva directora de la UBPD también ha apoyado al Instituto Nacional de Salud, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Profamilia y la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Bogotá; y ha sido consultora en el Banco Interamericano de Desarrollo -BID-, el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas -DANE, la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y ONU Mujeres dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

“La pandemia por el Covid-19 nos dejó muchas lecciones: aferrarnos a la vida, la familia, valorar lo que somos y lo que tenemos. Creo que, como epidemióloga convencida de la filosofía de la seguridad humana, fue una afortunada coincidencia que pudiera desde la Subsecretaría de convivencia y seguridad, aportar para el afrontamiento de la epidemia en Bogotá”, reveló.

Frente a su trabajo en el DAS, Luz Janeth ha dado tranquilidad sobre su transparencia y compromiso con las familias que buscan desaparecidos de la extinta institución. “Mi paso por el extinto Departamento Administrativo de Seguridad, reitero, fue de tipo administrativo en la Oficina de Planeación. Allí asumí el diseño e implementación del sistema de información para el registro de la gestión y avanzar en el análisis de la violencia desde los perpetradores. Se acompañó el proceso de reestructuración, para abordar los graves problemas del Departamento y que años más tarde condujeron a su liquidación”, aseguró.

Luz Janeth Forero Martínez se define como una mujer con un alto valor por la dignidad de la vida de todas las personas, sin distinción, empática, que persigue la equidad y la justicia social, que se rige por principios éticos y se consagra a sus afectos. Es además estudiosa y disciplinada, que no observa problemas, sino soluciones. Es una persona empoderada desde épocas atrás donde abrirse espacios para las mujeres implicaba grandes procesos disruptivos y destructores de paradigmas.

“Conmigo las cosas son pacíficas, amorosas, buscando salidas y disfrutando los retos, veo los vasos medio llenos y me pongo las botas. Pregono que siempre es mejor con miel que con hiel y no hay nada que no lo resuelva el diálogo”, destacó.

Por esto dijo que en la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas aplicará su máxima premisa: “Pasión por el hacer, hacer para transformar. En estos 5 años entregaré mi trabajo incansable y mi amor profundo para darle alivio a las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos”, puntualizó.