Junio, mes mundial de la infertilidad
La decisión de convertirse en padres es trascendental en la vida de muchas mujeres, hombres y parejas en el mundo entero. Pero, ¿qué pasa con las familias que una vez deciden tener hijos, presentan dificultades para embarazarse?
Si bien, esterilidad e infertilidad son dos términos que se usan como sinónimos, no tienen el mismo significado. La esterilidad, según la define la OMS, es un trastorno del aparato reproductor masculino o femenino que consiste en la incapacidad para lograr el embarazo. Esta puede ser primaria, si la pareja nunca ha tenido hijos; o secundaria, cuando no se consigue un nuevo embarazo después de haber tenido hijos.
En cambio, la infertilidad se entiende como la incapacidad de llevar a término el embarazo, es decir, la imposibilidad de tener un bebé sano debido a algún problema surgido durante la gestación.
José Ignacio Madero Cervera, ginecólogo obstetra especialista en reproducción humana, con maestría en bioética y director científico de una clínica centro de excelencia en reproducción en Colombia, explica que las causas de no lograr un embarazo se pueden dividir en problemas masculinos en un 40%, femeninos en 40%, un 20% por causas mixtas.
Estas cifras, sumado a otras razones como el aumento de cifras de infertilidad mundial han convertido el tema de la preservación de la fertilidad en una mujer en un centro de atención importante para buscar alternativas a esta problemática. El doctor Madero Cervera lo define como la intervención médica que tiene por objeto el mantener la fertilidad de la mujer en el tiempo y consiste en estimular el ovario con medicamentos para producir una ovulación múltiple, tener muchos folículos y obtener la mayor cantidad de óvulos posibles. “Estos son clasificados y los maduros son almacenados a menos 196ºC mediante la técnica de vitrificación o técnica de congelación rápida, la cual mantiene intactas las características de los óvulos al momento de la criopreservación. Además, la vitrificación ha demostrado los mejores resultados en cuanto a sobrevida a la descongelación de los óvulos para cuando se han necesitado”.
Partiendo del hecho de que la mujer nace con un número contado de células germinales que serán óvulos y que hay una pérdida progresiva de los mismos, acelerándose a partir de los 32 años, la socialización de estos conceptos ha encendido las alertas de las mujeres que quieren utilizar sus propios óvulos para ser madres.
Es así como el concepto de preservación de la fertilidad ha sido aceptado por muchas mujeres quienes, anticipándose al hecho de la disminución de la capacidad reproductiva por la edad, así como el no estar preparada para ser madre, acuden para congelar sus óvulos. Lo cierto es que con más frecuencia vemos mujeres que están retrasando su maternidad debido al cambio de su rol en la sociedad, ya sea por motivos personales, sociales, académicos o laborales y la congelación de óvulos les brinda la oportunidad de continuar sus planes de vida.
Las indicaciones médicas para recurrir a este método son: la endometriosis de los ovarios, las enfermedades oncológicas que requieren de tratamiento con medicamentos que son tóxicos para el ovario y producen un daño irreversible y la preservación por causas sociales como es el caso de mujeres que desean postergar la maternidad.
Está demostrado que luego de los 32 años, la fertilidad de la mujer inicia su disminución significativa, la cual se acelera a partir de los 37 años. En Colombia, la Clínica Eugin, especialista en el tema, cuya dirección médico científica está en cabeza del doctor Madero Cervera registró con los protocolos requeridos, un término como marca internacional para la congelación de la fertilidad en el tiempo denominado TimeFreeze.
Efectividad
Es importante hacer la preservación de la fertilidad antes de los 40 años para obtener la mayor cantidad de óvulos maduros y que sean de buena calidad. El éxito en la descongelación de los óvulos luego de usar la técnica de la vitrificación, está alrededor del 95% cuando se ha realizado en mujeres menores de 35 años. Así mismo, está demostrado que luego de más de 10 años de estar congelados, los resultados fueron muy favorables. “Esto indica que no tenemos una limitación en cuanto al tiempo que estarán congelados, pues la calidad de los óvulos no se altera” enfatiza finalmente el doctor José Ignacio Madero.