El talento de un soldado que une corazones a través de la trova en Villavicencio, Meta
Su nombre es Robert Esteban Hincapié Arcila, quien ha demostrado que el arte de la trova puede ser tan poderoso como el compromiso y la vocación militar.
Hincapié, un antioqueño de pura cepa y el cuarto de seis hermanos, creció en una familia donde la tradición de la trova era tan esencial como el café en las mañanas. A lo largo de su infancia, su padre le enseñó a rimar versos improvisados, un arte que se convirtió en su pasión. Sin embargo, su destino no era solo seguir los pasos de los trovadores, sino también servir a su país.
En 2009, prestó su servicio militar en la Cuarta Brigada del Ejército Nacional. Durante los cinco años siguientes, vivió como civil, pero algo dentro de él lo llamaba de vuelta a las filas militares. Por eso, en 2014, decidió ingresar a la Escuela de Soldados Profesionales, reafirmando su compromiso con Colombia y con las comunidades más necesitadas.
Hoy, Robert Hincapié es mucho más que un soldado. Es un puente entre la tradición cultural y el servicio a la patria. Con su voz y su guitarra, recorre los pueblos y veredas de Meta, llevando en sus trovas un mensaje de esperanza, alegría y unidad. «Para mí, es muy gratificante poder llegar a los corazones de nuestras comunidades a través de la trova, una tradición que aprendí en casa junto a mi padre», comenta con orgullo.
En cada presentación, los rostros de los asistentes se iluminan con sonrisas sinceras. Los niños lo rodean, curiosos por las historias que cuenta a través de sus versos; los adultos lo escuchan con atención, conectando con la esencia de su tierra y su cultura. Pero su labor no termina ahí. Robert es parte de los soldados de Acción Integral, dedicados a llevar bienestar y desarrollo a las comunidades más vulnerables. Su misión va más allá de la seguridad; se trata de construir un país mejor, un verso a la vez.
Su historia es un testimonio de cómo la vocación militar puede coexistir con el arte y la cultura. Robert no solo protege su país; también lo enriquece con cada palabra cantada. “Creo fielmente que volvería a elegir esta profesión y no me arrepiento de mi decisión. De hecho, quiero invitar a todos los jóvenes a que presten su servicio militar”, dice con convicción.
En un mundo donde a veces las divisiones parecen insuperables, el soldado profesional Robert Esteban Hincapié Arcila nos recuerda que siempre habrá algo que nos une: la música, la cultura, y sobre todo, el amor por nuestra tierra y nuestra gente.
A través de la trova, Hincapié continúa su misión de unir corazones en los llanos orientales, demostrando que la verdadera fuerza de un soldado no solo está en su capacidad de defender, sino también en su habilidad para conectar y construir comunidad.