
Ejército logró el sometimiento a la justicia de un presunto integrante de una estructura ilegal, tras más de tres años en la ilegalidad
En el marco de las operaciones de estabilidad y protección de la población civil, desarrolladas por el Ejército Nacional durante la época decembrina, para garantizar el disfrute del reencuentro familiar, el Batallón de Ingenieros de Combate N.º 13 General Antonio Baraya obtuvo la entrega voluntaria de un presunto integrante del grupo armado organizado (GAO) Clan del Golfo.
Hasta las instalaciones del Batallón de Ingenieros de Combate N.º 13 General Antonio Baraya, adscrito a la Décima Tercera Brigada en Bogotá, se presentó un sujeto conocido con el alias de Córdoba, de 24 años de edad, quien manifestó su decisión de abandonar la estructura criminal y someterse voluntariamente a la justicia.
De acuerdo con información de inteligencia militar, el individuo había ingresado en 2022 al frente delincuencial denominado Urdan Córdoba, del GAO Clan del Golfo, en el municipio de Pueblo Nuevo (Córdoba), donde durante aproximadamente 15 meses adelantó labores de recolección de información sobre tropas y personal relevante de la región, contribuyendo a la planeación de acciones criminales contra la población civil e instalaciones militares.
En 2023, aprovechando un permiso, se desplazó a Montería, Córdoba, donde conoció la conformación de un nuevo bloque criminal. Posteriormente, tras establecer contacto con integrantes de esta estructura, se trasladó al municipio de El Piñón, Magdalena, donde fue recibido por un cabecilla con injerencia en la zona.
En este sector inició labores como «urbano», rol empleado por estas organizaciones ilegales para la ejecución de homicidios selectivos y otras acciones delictivas. Durante el proceso de verificación de su prontuario, se estableció su presunta participación en cuatro homicidios, entre ellos el asesinato de dos ciudadanos en Concordia, Magdalena, lo que evidencia el alto grado de afectación a la población civil causado por estas estructuras.
A mediados de 2024, en calidad de «encuadrillado», fue enviado a zonas rurales entre Aguachica y Montecito (Cesar), donde participó en enfrentamientos contra integrantes del ELN y Los Pachenca, durante cerca de catorce meses. Posteriormente, fue seleccionado para adelantar un curso político, orientado al fortalecimiento del control interno y la asignación de tareas dentro de la organización criminal.
En entrevista, alias Córdoba dijo: «Yo era miembro del Clan del Golfo. Hoy decidí retirarme porque no estaba de acuerdo con las acciones que se estaban llevando a cabo. Quiero darle gracias al Ejército Nacional de Colombia por haberme acogido y brindarme seguridad. Ahora soy un miembro retirado del Clan del Golfo, y tomé esta decisión para salvaguardar mi vida, mi integridad física y la de mis seres queridos. Para mí es un gusto poder reivindicarme nuevamente con la sociedad».
El sometimiento voluntario de alias Córdoba ante el Ejército Nacional evidencia que la presión ejercida por las tropas, en el marco de las operaciones militares sostenidas en el norte del país, está dando resultados tangibles. Así mismo, demuestra que, como garantes de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, las tropas son vistas como una opción para que los integrantes de estas organizaciones criminales abandonen la ilegalidad.
Para el Ejército Nacional, este hecho representa un resultado operacional significativo, al afectar directamente las capacidades delictivas de los grupos armados organizados, permitir la obtención de información de alto valor para futuras operaciones militares, mantener el control del territorio y contribuir a la derrota de la amenaza y el accionar ilegal de estas estructuras.
En el contexto del cierre de año y el inicio de un nuevo ciclo, este resultado materializa el compromiso institucional con la protección de la población civil, la defensa de la legalidad y la construcción de seguridad y estabilidad en todo el territorio nacional por parte de las Fuerzas Militares.