Con el trabajo de 13 máximos responsables, 54 cuerpos de personas no identificadas han sido recuperados en Neiva y Pitalito (Huila)

El trabajo de 13 comparecientes del Ejército Nacional, imputados por la JEP como máximos responsables por asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate en Huila, ha permitido recuperar 54 cuerpos de personas no identificadas en el Cementerio Central de Neiva y en el cementerio San Antonio de Padua de Pitalito, en labores de búsqueda de desaparecidos apoyando a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).

Esta acción restaurativa se implementó en atención a la solicitud de las víctimas acreditadas ante la JEP, quienes pidieron que los máximos responsables asumieran un papel activo en la búsqueda de desaparecidos y en la construcción de espacios de memoria en los cementerios.

Las labores desarrolladas este año en tres jornadas de intervención, en abril y julio, en el Cementerio Central de Neiva y, en agosto, en el cementerio San Antonio de Padua de Pitalito (Huila), lideradas por la UBPD con acompañamiento de la JEP, tienen como propósito garantizar la dignidad en el trato a los cuerpos, avanzar en su búsqueda e identificación, y contribuir a que las familias ubiquen a sus seres queridos y conozcan la verdad sobre su paradero.

Entre las actividades asignadas a los comparecientes se encuentran el apoyo en acciones básicas de prospección, el acondicionamiento del terreno, la señalización y el acompañamiento logístico en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. Este proyecto se enmarca en las Iniciativas, Planes, Programas y Proyectos Restaurativos (IPPPR) y podría ser reconocido como parte del cumplimiento de la Sanción Propia que se les impondrá a los máximos responsables del Subcaso Huila del Caso 03. En consecuencia, su participación se desarrolla bajo condiciones de restricción efectiva de derechos y libertades, así como con monitoreo de la Oficina Asesora de Monitoreo Integral de la JEP, que registra su geolocalización y la duración de las jornadas de trabajo.

En la más reciente intervención, realizada entre el 19 y el 29 de agosto en el Cementerio San Antonio de Padua, seis comparecientes intervinieron en las labores que permitieron la recuperación de 17 cuerpos de personas no identificadas.

Durante esta acción humanitaria, el terreno del cementerio San Antonio de Padua presentó importantes desafíos para el trabajo forense. Las inhumaciones se encontraban rodeadas de guaduas, con suelos húmedos y condiciones propias del clima de la región. En este contexto, el apoyo logístico y operativo de los comparecientes de la JEP fue clave para la limpieza, preparación y señalización de los espacios de prospección. Según información suministrada por la UBPD, en este cementerio reposan 87 cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas a causa del conflicto en diferentes departamentos como Meta, Cesar, Valle del Cauca, Risaralda, Putumayo, Caquetá, Huila, Tolima y Nariño.

Los trabajos de los 13 comparecientes se han desarrollado en tres fases: dos en el Cementerio Central de Neiva —en el Monumento 14 y en dos fosas en tierra— y la más reciente en el Cementerio San Antonio de Padua de Pitalito. En la primera fase en Neiva, realizada entre el 22 y el 27 de abril, se pudieron recuperar 12 cuerpos no identificados; en la segunda, entre el 13 y el 28 de julio, fueron recuperados 25 cuerpos.

En el marco de la intervención en Pitalito, la JEP y la UBPD implementaron la Ruta de la Memoria, un recorrido por el cementerio San Antonio de Padua en el que víctimas, familiares y organizaciones de la sociedad civil honraron la memoria de las personas inhumadas como no identificadas en ese camposanto.

Durante el recorrido al cementerio que las víctimas hicieron con rosas blancas en sus manos, se encontraron con una galería de imágenes alusivas al proceso de búsqueda, se compartieron testimonios y los máximos responsables que intervinieron realizaron un acto público de reconocimiento de responsabilidad y de reivindicación del buen nombre de las víctimas del Subcaso Huila del Caso 03.

“Mi papá nos educó, nos dio una mejor vida, era trabajador y cariñoso. Todo cambió desde que desapareció. Gracias al trabajo de la JEP y de la UBPD podremos darle una sepultura digna”, expresó Lorena Conde, hija de José Gregorio Cárcamo, asesinado en 2006 por miembros del Batallón Magdalena y presentado falsamente como una persona vinculada a actividades delictivas. Tras 19 años de búsqueda, su familia recibirá su cuerpo en los próximos días.

Uno de los comparecientes que trabajó en el cementerio San Antonio de Padua de Pitalito les dijo a las víctimas y a las personas que participaron en la Ruta de la Memoria: “Venimos a reconocer que muchas de las personas que están inhumadas aquí fueron asesinadas en estado de indefensión y presentadas falsamente como bajas en combate. Ellas eran inocentes. La memoria es más fuerte que el olvido y la verdad más poderosa que el silencio. Nuestro compromiso es no permitir que sus historias se borren ni que la violencia se justifique”.

Medidas de protección y conservación

En atención a la solicitud de las víctimas, el despacho relator del Subcaso Huila del Caso 03 ordenó a las autoridades locales adoptar medidas para conservar el cementerio San Antonio de Padua y proteger los cuerpos allí inhumados. El 21 de agosto pasado se realizó una mesa técnica de seguimiento con la Parroquia San Antonio de Padua, la Alcaldía de Pitalito, la Gobernación de Huila, la Fiscalía, el Medicina Legal y la UBPD, para verificar su cumplimiento.

Desde que en agosto de 2021 la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad del Tribunal para la Paz de la JEP ordenó medidas cautelares sobre el Cementerio Central de Neiva, que está bajo la administración de la Parroquia de la Inmaculada Concepción desde 1883, para proteger los cuerpos de víctimas del conflicto y garantizar el derecho a la inhumación en condiciones dignas que le asiste a sus familiares. A la fecha, han sido recuperados 96 cuerpos, y ocho familias han recibido de manera digna a sus seres queridos para darles digna sepultura.

El Cementerio Central de Neiva se ha convertido en un lugar emblemático de búsqueda y memoria en Huila. Allí reposan cerca de 200 cuerpos sin identificar y muchos de ellos podrían ser víctimas de homicidio y desaparición forzada, provenientes de ese departamento, pero también de Putumayo, Caquetá, Cundinamarca, Meta, Cauca y el Eje Cafetero. Los patrones de macrocriminalidad identificados por la JEP en el Subcaso Huila también evidenciaron procesos de victimización asociados a los daños causados por la falta de identificación, entrega e inhumación digna de las víctimas directas. Según cifras de la Unidad de Búsqueda, en dicho departamento, más de 1.575 personas permanecen desaparecidas.

En total, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de Verdad de la JEP ha ordenado 25 medidas cautelares en todo el país que han permitido la exhumación de 2021 cuerpos, de los cuales 215 han sido identificados y 126 entregados dignamente a sus familias.

Este proceso de búsqueda, verdad y dignificación encarna una de las apuestas más profundas del componente restaurativo de la Justicia Transicional en Colombia, en el cual las sentencias y las sanciones no marcan el final del proceso, sino que le dan continuidad: quienes causaron el daño asumen responsabilidad con las víctimas y están obligados a realizar acciones dirigidas al restablecimiento de sus derechos. Es un camino que reconstruye la dignidad, resignifica el dolor y transforma los escenarios en los que se manifestó el horror del conflicto en lugares de memoria viva, verdad y reparación colectiva.