Del estrés al bienestar: claves psicológicas para un equilibrio saludable

El estrés, definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un estado de preocupación o tensión mental provocado por circunstancias adversas, puede convertirse en un desafío importante si no se gestiona adecuadamente, siendo este un factor de riesgo significativo para la salud física y mental.

En este contexto, la psicóloga clínica Lina María Parada Muñoz, experta en competencias emocionales y manejo del estrés, destaca la importancia de comprender el estrés no solo como una reacción fisiológica, sino como una experiencia emocional que puede transformarse mediante estrategias adecuadas. La especialista señala que, «el estrés no es el enemigo; es nuestra respuesta ante él lo que puede convertirse en un problema. Con las herramientas psicológicas adecuadas, el estrés puede ser manejado de manera efectiva para evitar que impacte negativamente en nuestra salud”.

Las investigaciones señalan que los efectos del estrés pueden manifestarse en forma de ansiedad, insomnio, irritabilidad y enfermedades cardiovasculares, entre otros problemas de salud.

El estrés, especialmente cuando se vuelve crónico, puede tener un impacto significativo en una amplia gama de enfermedades físicas como: hipertensión arterial, accidentes, problemas gastrointestinales, diabetes tipo 2, mayor susceptibilidad a infecciones, dolor crónico, tensión muscular, acné y enfermedades mentales como: trastornos de ansiedad, pánico, fobias, depresión, estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, entre otros.

Además, investigaciones recientes indican que el estrés laboral contribuye significativamente a la pérdida de productividad global, con un estimado de 12.000 millones de días de trabajo perdidos anualmente debido a condiciones de salud mental relacionadas, como la ansiedad y la depresión.

Estrategias prácticas para manejar el estrés

La doctora Parada Muñoz sugiere implementar prácticas basadas en evidencia para la gestión del estrés, tales como:

  • Respiración consciente y meditación: Métodos efectivos para calmar la mente y reducir la respuesta fisiológica al estrés.
  • Actividad física regular: Mejora no solo la salud física, sino también el bienestar mental.
  • Desarrollo de competencias emocionales: Aprender a identificar, regular y expresar emociones contribuye a una mayor resiliencia frente al estrés.

Un llamado a las organizaciones y la sociedad

«El desarrollo de una inteligencia emocional sólida es esencial para transformar el estrés en una oportunidad de crecimiento personal y profesional», explica la doctora Parada Muñoz que también es escritora y conferencista, por último, la experta enfatiza en la necesidad de que las instituciones y las organizaciones promuevan una cultura de bienestar mental, incorporando programas que apoyen a sus colaboradores en el manejo del estrés. Esto no solo mejora la calidad de vida de los empleados, sino que también beneficia el desempeño general de las empresas.