¡Qué gran decisión! incorporarse al Ejército Nacional
Ellos sostienen que prestar el servicio militar es una experiencia única. No solo representa el honor de cumplir a la patria, sino que aporta a su formación y hábitos de vida, fortaleciendo su carácter, disciplina, liderazgo y el trabajo en equipo, entre otros valores. También los hace mejores ciudadanos, permitiéndoles desarrollar sus capacidades y talentos, con una proyección profesional y social, mientras gozan de beneficios otorgados por la Ley 1861 de 2017, entre otros, una bonificación correspondiente al 50 % de un salario mínimo legal vigente por la suma de 580.000 pesos.
A prestar el servicio militar concurren cientos de hombres y mujeres provenientes de diferentes regiones del país. Esto nos fortalece como una institución multicultural que une a la juventud en una sola familia, para aportar a la sociedad y construir un país mejor. En las guarniciones militares han encontrado lugares seguros para iniciar su vida laboral y aportar a la transformación del mundo.
Una de las jóvenes que actualmente presta servicio militar en Villavicencio es Brigith Tatiana Pirachicán Melo, oriunda de la vereda Remolino, en Puerto López, Meta. La soldado viene de familia campesina y de una zona en la que se produce arroz, caucho y pescado.
Se incorporó luego de escuchar la convocatoria a través de la radio. «Me siento feliz de portar este uniforme y representar mi apellido. Aquí uno aprende a trabajar en equipo, a ser mejor persona y a ayudar a los otros. Esta es una experiencia chévere y enriquecedora para la vida», comenta Pirachicán.
«El Ejército a uno lo guía por buen camino. Cuando era pequeño, un 20 de julio, vi pasar un desfile militar en mi ciudad, y ese momento me inspiró para ser un soldado de la patria. Esto me hace sentir orgullo porque aquí estoy representando a mi familia, a un país y demostrando lo colombiano que soy, además de recibir grandes beneficios», asegura el soldado profesional William Ferney Sanabria Herreño, de Facatativá, Cundinamarca.
Así mismo, la soldado María Alejandra Narváez Parra, oriunda de la vereda Aguas Claras, en Granada, Meta, se siente honrada de representar una familia campesina de la región del Ariari. Para ella, prestar el servicio «ha sido una gran experiencia, una formación muy bonita, en donde se aprende a ser más disciplinado, compañerista y a trabajar en equipo, condiciones que me han llevado a decidir mi proyecto de vida, que es el de continuar la carrera militar».
Por su parte, el soldado profesional Ever Martínez Cárdenas, tolimense, prestó el servicio militar en el 2008. «Aquí aprendí a valorar algo tan sencillo como un rayo de sol. Esto es una oportunidad para salir adelante y ser mejores personas. Que vengan a prestar el servicio militar, es una opción de vida para proyectarse hacia un futuro. El Ejército nos brinda grandes enseñanzas como la responsabilidad y disciplina y la importancia de la lealtad hacia uno mismo y la familia», comenta Martínez.
Así mismo, Brigith Tatiana, William Ferney, María Alejandra y Martínez Cárdenas y cientos de jóvenes colombianos están portando con honor el uniforme de soldado del Ejército Nacional, y expresan estar orgullosos de pertenecer a una institución de más de 200 años, la cual ha visto pasar varias de generaciones, aportando a la seguridad de todos los colombianos, permitiéndoles tener bienestar y progresar en su amada patria.
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