Proyecto de háptica que se desarrolla en el Sena Boyacá participa en Perú en Feria Internacional
Dos proyectos que se estaban adelantando en diferentes programas de formación, pero que terminaron unificados, tienen hoy a un egresado SENA, a una aprendiz sorda y a su intérprete de lengua de señas, participando en la Feria Internacional de Educación, Ciencia y Tecnología, CIENTEC 2022 que se realiza en Lima (Perú). Este es un espacio donde se tratan los problemas actuales de la investigación científica en América Latina.
La unión de los proyectos se dio cuando, Jenny Paola Montaña Romero, aprendiz sorda, del Tecnólogo Gestión en Proyectos de Desarrollo Económico y Social, ante su propia dificultad para comunicarse con personas oyentes buscó algún proyecto investigativo que propendiera por disminuir esta brecha comunicacional. No encontró nada.
Sin embargo, supo que en el mismo Centro Industrial de Mantenimiento y Manufactura, se estaba adelantando un proyecto de háptica direccionado a la levitación. Consultó con el director del proyecto, Juan Esteban Merchán, y para su sorpresa encontró que la háptica es la ciencia del tacto.
En este punto nació el nuevo proyecto, transmitir el código braille mediante ondas que puedan ser captadas y leídas en la piel de la mano. Algo esperanzador para personas con limitación visual o auditiva.
Ha sido tal, el interés que ha generado el proyecto, que fueron invitados a participar en CIENTEC Perú 2022, para exponer los avances de su trabajo en el que participan un grupo interdisciplinario de aprendices SENA regional Boyacá.
Juan Esteban, es egresado SENA del programa de Mantenimiento Electrónico Instrumental Industrial y actualmente cursa la carrera de Electrónica. Él afirma: “Con el braille, tal como lo conocemos, la persona ciega tiene que tocar el código con la mano para leerlo. Con el ultrasonido no, solo sentiría una leve corriente u hormigueo en su mano, producto de recibir la onda de sonido emanada de un parlante pequeño”.
Por su parte, Jenny Paola, con la ayuda de la intérprete, Erika Johana Rodríguez, afirmó: “Fue un proceso arduo donde yo tomé reflexión y empecé a ver cuáles son las necesidades de las personas sordas, entonces me di cuenta que hay muchas barreras comunicativas y que no hay proyectos investigativos que fomenten mejorar la calidad de vida de las personas sordas. No conocía nada de háptica pero ha sido maravilloso hacer parte de este proyecto que, una vez finalizado, nos puede cambiar la vida”.
El grupo, además de exponer el avance del proyecto, espera nutrirse con las experiencias de los otros participantes de diferentes partes del mundo que, como ellos, trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas con limitaciones ópticas y auditivas.
Los costos del viaje y estadía los asumió la entidad más querida por los colombianos, tal como lo hace, de manera permanente, con quienes se forman en sus aulas. Basta recordar que hace solo unas semanas, catorce aprendices de varios programas agropecuarios viajaron a Francia a profundizar sus conocimientos en diversos temas de esta área.