Familia rural de Medina (Cundinamarca) recibirá compensación por el abandono forzado de sus predios

En la vereda Los Alpes, de Medina, municipio de Cundinamarca ubicado en el piedemonte llanero, la historia de una familia marcada por el dolor y la violencia comienza a encontrar esperanza. La Unidad de Restitución de Tierras (URT) logró que, mediante una sentencia del Tribunal Superior de Bogotá, sus integrantes, víctimas de la confrontación entre guerrilla y paramilitares, sean compensados por el abandono forzado de sus predios en 2003.

La familia, compuesta por una pareja de esposos y sus cinco hijos, adquirió tres predios que suman más de siete hectáreas: ‘El Filón 1’, mediante compraventa, tal como ‘El Filón 2’ y ‘El Filón 3’ a través de ocupación. Allí trabajaban la tierra con esfuerzo y dedicación. Sin embargo, la paz que habían construido se vio truncada cuando comenzaron a surgir enfrentamientos violentos en su territorio. La sombra del conflicto se hizo presente cuando el jefe paramilitar conocido como alias ‘Amarillo’ comenzó a amenazarlos.

El horror alcanzó su clímax cuando tres hermanos del jefe del hogar fueron asesinados en diferentes ocasiones. En 2005, durante el funeral del último hermano caído, este recibió una advertencia desgarradora: debía huir para salvar su vida. Sin más opción, tomó la difícil decisión de desplazarse junto a su esposa e hijos hacia Villavicencio, dejando atrás sus tierras y sueños.

Con el tiempo, encontraron en la URT un aliado incondicional. La Unidad llevó su caso ante la justicia y, finalmente, el tribunal los reconoció como víctimas del abandono forzado de sus propiedades. Ahora, recibirán una compensación económica que les permitirá reconstruir sus vidas y acceder a los servicios institucionales que tanto necesitan.

El camino hacia la justicia no fue sencillo. Un opositor del caso intentó argumentar que también era víctima de violencia y reclamó herencia sobre ‘El Filón 1’. Sin embargo, no pudo demostrar su buena fe exenta de culpa, lo que dejó claro que la verdadera familia afectada merecía ser reparada.

Hoy, aunque las cicatrices del pasado aún son visibles, esta familia comienza a vislumbrar un futuro en el que el dolor se convierte en esperanza. La justicia obró  y, aunque no podrán regresar a sus tierras por razones de seguridad, saben que su lucha valió la pena. La restitución a través de la compensación es un paso hacia adelante en su camino hacia la sanación y reconstrucción familiar.