Cinco claves indispensables para enfrentar el acoso escolar en los colegios

Actualmente, el acoso escolar continúa siendo una problemática grave que enfrentan varios colegios, el cual afecta el bienestar emocional, social y académico de miles de estudiantes; sin embargo, este fenómeno no solo perjudica a quienes lo sufren directamente, sino que también crea un ambiente escolar que impide el desarrollo sano de la comunidad educativa. La falta de intervención oportuna por parte de docentes y padres puede agravar la situación, por lo que es fundamental que los colegios implementen programas de prevención para fomentar la empatía y promover una cultura de respeto y convivencia en las aulas.

Según datos recientes recopilados por la Procuraduría General de la Nación, durante el 2024, en Colombia, se registraron 1.515 casos de acoso escolar, siendo 399 de ciberacoso. Además, el 20% de los estudiantes encuestados manifestaron sentir ansiedad relacionada con acoso escolar. Estos hallazgos reflejan una situación alarmante que demanda respuestas inmediatas y estrategias contundentes para enfrentar el acoso en los colegios y garantizar entornos seguros y saludables para el aprendizaje.

“El acoso escolar es un fenómeno grupal y social con tres protagonistas: la víctima, el acosador y los espectadores, activos y pasivos. Los colegios deben contar con programas escolares que les permitan prevenir, identificar e intervenir de manera efectiva el acoso escolar. Nuestro objetivo, como educadores, es construir un entorno en el que todos los estudiantes se sientan seguros, respetados y acompañados”, aseguró María Angélica Peña, coordinadora de Años Iniciales y líder KiVa de The English School.

Buscando promover una cultura sin acoso, Peña compartió 5 claves que todo colegio debería tener en cuenta, si desea enfrentar el acoso escolar de manera efectiva:

  1. Los espectadores deben cambiar de actitud: la prevención debe enfocarse en el cambio de actitudes y actuación de los espectadores para que apoyen a la víctima. Esto mitigará las situaciones de acoso y evitará que surjan nuevos casos de acoso.
  2. Fomentar la empatía y la responsabilidad grupal: es fundamental formar a estudiantes que comprendan cuál es el papel que desempeñan en un grupo donde hay una situación de acoso escolar, fomentando la empatía por los alumnos acosados, aprendiendo formas de apoyar y asumiendo la responsabilidad de no permitir que se produzca el acoso en el grupo.
  3. Atención oportuna a los casos reportados: los casos de presunto acoso se deben abordar de manera eficiente y eficaz, involucrando a las tres partes protagonistas, así como a docentes en el aula y padres de familia.
  4. Intervención y seguimiento continuo: se debe trabajar con las tres partes protagonistas para minimizar los efectos negativos causados por el acoso y hacer seguimientos regulares para monitorear que el mismo se haya detenido.
  5. Compromiso sostenido de toda la comunidad: la lucha contra el acoso no es un proyecto a corto plazo, sino que requiere resiliencia y compromiso de parte de todos los miembros de la comunidad educativa.

“Estas cinco claves son el eje central para construir una cultura sin acoso escolar. En The English School, nosotros trabajamos esto a través del programa KiVa, el cual se implementa en Años Iniciales y Primaria, mediante una combinación de acciones preventivas y de intervención. Acá, se prioriza el fortalecimiento de habilidades socioemocionales en estudiantes por medio de lecciones, juegos en línea, formación al personal y espacios para padres, en donde también se hace  énfasis en el ciberacoso. Cada caso reportado de acoso tiene estrategias de acción con protocolos definidos y de seguimiento para garantizar el bienestar de todos los involucrados”, añadió Peña.

Basado en la evidencia e investigación científica, KiVa tiene presencia en 23 países alrededor del mundo. En Colombia, el programa llegó en el 2017 cuando The English School se convirtió en el primer colegio del país en implementarlo.

Enfrentar el acoso escolar de manera efectiva es entonces una responsabilidad compartida que requiere compromiso, empatía y acción constante por parte de toda la comunidad educativa. Más allá de reaccionar ante los casos, es fundamental promover una cultura escolar que prevenga el acoso desde sus raíces, fomente el respeto, fortalezca la convivencia y empodere a los estudiantes como agentes de cambio. Solo así será posible construir entornos seguros, donde cada niño y niña pueda aprender, crecer y desarrollarse plenamente sin temor a ser excluido o agredido.