
Ocho años de compromiso y servicio del Batallón de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo N.°8 del Ejército Nacional
La historia de esta unidad es también la historia de la Orinoquía. Desde su creación, hace ya ocho años, tropas de Acción Integral han caminado de la mano con las comunidades de Casanare, Arauca, Vichada y Guainía, llevando esperanza, desarrollo y acompañamiento a los lugares donde más se necesita.
Han sido los soldados, con su entrega y vocación de servicio, quienes han hecho posible cada proyecto, cada obra y cada sonrisa. Y en el trasegar de estos años, cada comandante ha marcado un capítulo en la memoria histórica del Batallón, guiando a sus hombres en la misión de servir a Colombia.
En los primeros pasos, bajo el mando del Mayor Arcos Jiménez Mauricio, los soldados recorrieron las veredas y cascos urbanos de Arauca, llevando el mensaje de que nacía un batallón diferente, hecho para construir y unir. En este tiempo, se sembró la semilla de lo que sería el proyecto de maracuyá, un sueño que más tarde se convertiría en una realidad productiva para 25 familias de Tame y Fortul, gracias a una inversión de 560 millones de pesos.
Fue la primera vez que la comunidad vio cómo la Acción Integral se transformaba en una herramienta de progreso.
Con el liderazgo del Teniente Coronel Molano Barón Juvenal, los soldados dieron vida a ese sueño y entregaron oficialmente el proyecto a la comunidad. También organizaron la primera feria de innovación y tecnología en Arauca, que abrió un mundo de oportunidades a niños y jóvenes, muchos de los cuales viajaron por primera vez fuera de su tierra.
Durante este periodo, se logró construir un punto de acueducto de agua potable para el consejo comunitario Gabanes 1 y 2, y se llevó ayuda al resguardo indígena Betoyes, donde ropa, alimentos y solidaridad se convirtieron en esperanza.
Más adelante, con la llegada del Mayor Cepeda Melo Julio Alexander, los soldados pusieron en marcha el vivero Soy Orinoquía, que hoy sigue aportando árboles maderables y frutales para la reforestación de la región.
En este mismo periodo nació el Circo Colombia N.°8, un espacio de alegría que ha visitado municipios de Arauca y Casanare. También fue el tiempo de la solidaridad en las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde los soldados del batallón trabajaron seis meses en la reconstrucción tras el huracán Iota.
Además, durante la pandemia se multiplicaron los esfuerzos: mercados para las familias, y las emisoras Colombia Estéreo se convirtieron en aulas de clase para cientos de niños en Tame y Saravena.
Con el Teniente Coronel Julián Alberto González Moreno, las jornadas de apoyo al desarrollo llegaron a Puerto Jordán y a la vereda Caracol, en Arauca, donde los soldados hicieron realidad la construcción de un parque infantil para 250 niños que hoy disfrutan un espacio seguro para jugar.
También se fortaleció la economía campesina, apoyando a asociaciones en la comercialización de sus productos, y se impulsaron ferias de emprendimiento acompañadas de música y tradición.
El liderazgo del Teniente Coronel Mutis López Edgardo Gaitan marcó otra etapa importante: los soldados construyeron y adecuaron dos ludotecas en Yopal y entregaron dos parques infantiles en Casanare, espacios que hoy son el corazón de la infancia en esas comunidades.
Este mismo tiempo estuvo marcado por el apoyo a la comunidad indígena Cumarina en Vichada, con salud, ropa y detalles que llevaron alivio a sus necesidades.
Luego, durante el periodo del Mayor Restrepo Hoyos Andrés Felipe se cumplieron sueños largamente esperados. En Arauca, los soldados entregaron un parque infantil y un salón comunal para más de 420 familias afrocolombianas. En Casanare, se inauguró el puente vehicular de Rincón de Gaviotas, una obra esperada por 20 años que cambió la vida de dos veredas enteras, permitiendo que los niños lleguen a la escuela y que los campesinos saquen sus cosechas. También se dotaron escuelas rurales con computadores y, junto a la Gobernación, nació la campaña Reverdece Casanare, que sembró más de 160.000 árboles en 2024.
Finalmente, bajo el mando del Mayor Montaño Becerra Diego Mauricio, los soldados han continuado transformando realidades: en Casanare, 4 familias campesinas hoy tienen un hogar digno; en Vichada, 140 niños indígenas Sikuani estudian en pupitres nuevos con kits escolares; y en Yopal, 120 familias retornadas volvieron al campo con proyectos de sandía, plátano y yuca, símbolos de reconciliación.
En este tiempo también nació el programa Senatic, que busca cerrar brechas tecnológicas y educativas, y los soldados estuvieron presentes en las emergencias por inundaciones en Vichada en 2025, llevando ayuda y acompañamiento.
Ocho años de servicio
Hoy, el Batallón de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo N.°8 celebra su octavo aniversario con el orgullo de haber cumplido con Colombia. Son ocho años en los que los soldados, guiados por sus comandantes, han tejido un legado de obras, proyectos y esperanza que quedarán para siempre en la memoria de la Orinoquía.
A lo largo de este tiempo, el Circo Colombia N.°8, con la magia y el valor de sus soldados artistas; el programa Fe en Colombia del Ejército Nacional, un equipo de profesionales civiles que crean proyectos en favor de las comunidades, el grupo musical Héroes del Llano, que preserva el joropo y la identidad llanera; y el Museo Centro Histórico del Oriente, que custodia la memoria cultural de la región, se han convertido en las herramientas del Batallón para estar presentes en cada rincón de Casanare, Arauca, Vichada y Guainía.
Estas iniciativas, junto con la voz cercana de las ocho emisoras Colombia Estéreo, seguirán llegando hasta las comunidades más apartadas, llevando alegría, educación, cultura y acompañamiento.