Seguros, cercanos y presentes: la Selección Colombia, un himno que une a la Patria

Por: Emilio Gutiérrez Yance

En un país donde las divisiones a menudo marcan el día a día, la Selección Colombia emerge como símbolo de unidad. Es un himno que se escucha en cada rincón, un lazo invisible que conecta a todos los colombianos, sin importar su origen o condición. La estrategia “Seguros, Cercanos y Presentes” de la Policía Nacional encuentra eco en esta vibración colectiva: construir confianza, tejer puentes, custodiar la fiesta del pueblo como si cuidaran el tesoro más frágil y brillante: la esperanza.

Desde tempranas horas de la mañana, las calles se visten de amarillo, azul y rojo, un carnaval de esperanza que anuncia la fiesta del fútbol. El viejo Gabriel, mototaxista, enfundado en la camiseta tricolor, desafía el caos del tráfico con una sonrisa que irradia alegría y fe en la victoria.

En el restaurante, Luz Karime sirve los platos como si fueran trofeos recién conquistados. Sus manos reparten comida y alegría al mismo tiempo, y cada sonrisa de los comensales suena como un gol anticipado.

Paola, la aseadora, barre con orgullo los salones del colegio, y cada movimiento de su escoba deja un rastro de amarillo, azul y rojo que parece vibrar en el aire, para hacer que los colores de la patria canten al compás de su esfuerzo. Y el viejo Abelardo, sentado en su taburete desde las 5 AM, envuelto en el aroma cálido y amargo del café que humea como un susurro dorado, con la camiseta perfumada de esperanza, es la imagen de la fe en la Selección, un centinela cuyo silencio retumba en el corazón del país.

Y no podemos olvidar al viejo Rafa, que desde las tres de la mañana, con la camiseta de la Selección Colombia, ofrece su tinto caliente a los muleros que transitan las vías del departamento de Bolívar, compartiendo con ellos la pasión por la tricolor.

En las plazas de los pueblos, bajo un sol furioso, viejos y jóvenes se agrupan como ramas de un mismo árbol, hablando con fervor de sus ídolos. Entre el aroma del pan recién horneado y el murmullo del viento que juega con las hojas, elevan sus manos hacia su santo preferido, implorando el milagrito que haga que la Selección gane su partido. Allí la religión y la pasión se entrelazan en un mismo rezo, como si la fe también vistiera camiseta.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo la Selección Colombia trasciende las barreras sociales y económicas, uniendo a ricos y pobres, jóvenes y ancianos, en un solo grito de aliento.

La Policía Nacional, segura, cercana y presente, estará apoyando las celebraciones de los colombianos, para que se desarrollen en paz; consciente de este poder unificador, se une a esta fiesta, promoviendo un ambiente de seguridad y convivencia para que todos puedan disfrutar del fútbol en paz.

La Selección Colombia es mucho más que un equipo de fútbol; es un espejo donde se refleja la identidad de un país que anhela la unidad y un símbolo de esperanza, resiliencia, unidad, un faro que ilumina el camino hacia un futuro mejor. Es una señal de que somos un solo pueblo, un solo corazón latiendo al ritmo del balón, una sinfonía de emociones que nos une en un abrazo colectivo.

Y que este sentimiento nos impulse a alentar con fervor para que la Selección le gane a Bolivia y podamos clasificar de manera directa al Mundial 2026! Porque al final del día, todos somos Colombia, todos somos un equipo, y juntos, podemos construir un futuro mejor.