
Los siete espejos: una técnica para mejorar la salud emocional
En un contexto en que la salud mental adquiere cada vez más importancia —con estimaciones de la OMS que señalan que la ansiedad y la depresión afectan a más de 300 millones de personas en el mundo— los métodos de autoconocimiento son herramientas clave para fortalecer el bienestar emocional. Los Siete Espejos es una técnica centrada en explorar múltiples facetas de la vida interior: creencias, juicios, dones, pérdidas, amor propio, sombra interior y conexión trascendental.
De acuerdo con Marta Cecilia Restrepo, terapeuta con más de 20 años de experiencia “no basta con saber qué algo está mal, sino observar qué lo rodea: nuestras historias, emociones y forma de ver el mundo actúan como espejos que devuelven señales sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás”. Utilizar estos siete espejos permite una autoexploración estructurada que facilita identificar patrones inconscientes, como creencias limitantes heredadas, efectos del juicio social o incluso distorsiones del ideal del yo, tal como lo plantean teorías psicológicas como la Self-Discrepancy Theory, la cual sostiene que las discrepancias entre el yo real, el yo ideal y el yo que uno “debería” ser producen malestar emocional.
Los siete espejos son:
- El reflejo: Representa la imagen que se proyecta al mundo.
- Lo juzgado: Simboliza las críticas y juicios que se reciben de otros.
- Lo dado: Encarna los dones y talentos con los que se cuenta.
- Lo perdido: Simboliza las pérdidas y dolores del pasado.
- El amor más olvidado: Manifiesta el amor y la compasión hacia uno mismo.
- La sombra: Muestra los aspectos ocultos de la personalidad.
- La unidad: Representa la conexión con el universo y la integración con todo lo que existe.
Beneficios:
- Aumentar nuestra conciencia de nosotros mismos: Al observar sin juicio nuestros pensamientos, emociones y experiencias.
- Identificar patrones y creencias limitantes: Para poder transformarlos.
- Cultivar una mayor comprensión de nuestra realidad: al reconocer cómo nuestros pensamientos crean nuestra experiencia.
- Fomentar el crecimiento personal y espiritual.
- Revisar si la imagen que proyectamos está influida por la presión social de la era digital.
- Comprender que somos seres bio-psico-espirituales, y que nuestra salud está influenciada por factores más allá de los biológicos.
- Conectar con nuestro corazón de una manera holística podemos promover una salud más integral y duradera.
Los abordajes de crecimiento y desarrollo personal se conciben para grupos pequeños teniendo en cuenta que, fomentan la interacción activa entre los participantes, lo que permite el intercambio de experiencias, ideas y perspectivas, enriqueciendo el proceso de aprendizaje.
Desde la psicología humanista esta técnica se vincula con el concepto de autoconciencia profunda o insight, entendido como la capacidad de mirar hacia adentro con claridad y sin juicios. Este proceso es esencial para el desarrollo personal porque facilita reconocer emociones reprimidas, heridas del pasado y creencias que influyen en la forma de vincularnos con los demás. “El espejo de lo perdido, por ejemplo, nos invita a reconciliarnos con el duelo y la ausencia, mientras que el espejo del amor más olvidado nos recuerda la importancia del autocuidado y la autocompasión en la salud emocional”, explica Restrepo, que dirige el centro de salud y bienestar Trinidad cuerpo, mente y espíritu.
A nivel terapéutico, técnicas como Los Siete Espejos favorecen la integración emocional, un concepto ampliamente estudiado en psicología que se refiere a la capacidad de unir experiencias dolorosas con aspectos más positivos de la identidad, creando una narrativa de vida más coherente. Esta integración reduce la ansiedad, fortalece la resiliencia y previene síntomas asociados al estrés crónico. Además, trabajar en grupos pequeños aporta un valor adicional: la posibilidad de escuchar historias similares que generan validación emocional y disminuyen la sensación de aislamiento, un factor de riesgo común en personas con estrés o depresión.
Investigaciones en neurociencia afectiva muestran que la reflexión guiada en entornos seguros estimula áreas cerebrales relacionadas con la empatía, la regulación emocional y la toma de perspectiva, lo cual mejora la calidad de las relaciones interpersonales y la percepción de apoyo social. Por eso, abordar estos siete espejos no solo es un ejercicio introspectivo, sino una estrategia integral que impacta la salud mental, la vida familiar y la productividad laboral, al promover mayor equilibrio entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.
La manzana de la concordia, una forma de terapia
Inspirados en el símbolo de la manzana de la concordia, que recuerda cómo los conflictos surgen cuando prevalece la división y la competencia, en Trinidad se propone una mirada distinta: al partir una manzana, en su interior aparece una estrella, metáfora de que incluso en medio de las tensiones y diferencias puede revelarse un centro de luz. Por ello, en mini grupos de 6 a 8 personas se retoma esta enseñanza para convertir la discordia en oportunidad de crecimiento. A través de la psicoeducación y el acompañamiento, los participantes descubren que, al igual que en la manzana, dentro de cada experiencia difícil existe una semilla de unión y transformación, en forma de estrella como el centro de la manzana que florece cuando se comparte y se trabaja colectivamente.