Gloria al soldado y al Ejército Nacional en sus 213 años de historia y 204 años de la batalla de Boyacá
El soldado colombiano es el corazón de la Fuerza, cuya misión es sagrada para contribuir a generar un ambiente de paz, seguridad y desarrollo, que garantice el orden constitucional. Su compromiso va más allá de una labor, lleva tatuada en el alma el honor de ser soldado de la patria y se le hincha el pecho de orgullo cuando entona el himno nacional y el himno del Ejército.
Mística, templanza, fortaleza, compromiso y transparencia son cualidades que reflejan el actuar del soldado colombiano, cuyo sentir está orientado en valores intransferibles de integridad, patriotismo, espíritu de cuerpo, disciplina, lealtad, valor, abnegación y profesionalismo; son sus principios el respeto de los derechos humanos y el acatamiento del derecho internacional humanitario, respeto por la Constitución y la ley, honor militar, disciplina, ética en todas las actuaciones, compromiso, Fe en la causa y persistencia en el empeño.
Son hombres y mujeres que llevan en sus hombros la responsabilidad de defender hasta con su propia vida el bienestar de los colombianos, que recorren nuestra amada patria sin importar las adversidades del clima, terreno y lugar, poniendo el pecho ante las circunstancias más extremas para cumplir con el deber constitucional.
Soldados que extienden la mano para brindar esperanza, llegando a las comunidades de todo el país, con el propósito de mejorar sus condiciones de vida y construir de su mano una nación más próspera y segura, para transformar sus entornos y brindar oportunidades extendiendo puentes que abran caminos, acortando brechas, reforestando a Colombia, mitigando riesgos, llevando la acción integral a todo el territorio nacional y salvaguardando la integridad de los colombianos.
Como aquellos héroes que marcaron la historia, son miles de soldados que han continuado el legado de los próceres de la independencia, trascendiendo en el bienestar de los colombianos de generación, en generación, sin olvidar aquellos que ya no están. A todos ellos el reconocimiento por su loable labor. Honores a las Armas del Ejército Nacional de Colombia, nuestra gratitud perenne por proteger la vida y contribuir al progreso y desarrollo del territorio nacional.