
El Soldado Ramos proyecta su vida con el servicio militar
Alrededor del servicio militar se suscitan muchos mitos que generan dudas entre los jóvenes colombianos al momento de decidir prestar el servicio militar en el Ejército Nacional. Sin embargo, quienes dan el paso y portan el uniforme, cambian su percepción y se dan cuenta de que más allá de los comentarios, la institución les proporciona aspectos positivos para transformar su vida.
Este fue el caso del soldado 18 Charlie Ramos Uribe, que, a inicios del 2024, con 22 años, se encontraba en su casa sin un rumbo claro y con muchas dudas frente a presentarse o no a la incorporación del Ejército Nacional; aun así, sintió la motivación de tomar las pocas cosas que cabían en su mochila y las ganas de hallar una nueva oportunidad. Esto lo llevó de Cartago, Valle del Cauca, al Batallón de Apoyo y Servicio para el Combate N.° 8.
Desde el primer momento, este joven colombiano sintió el rigor de la disciplina militar y poco a poco se adaptó a su nueva vida, la que, a su vez, ha sumado para convertirse en un mejor ser humano. «Aquí me he formado en carácter, he aprendido a ser más sociable, a enfrentar con entereza diferentes situaciones, a tener visión económica, y estoy seguro de que lo aplicaré de ahora en adelante en mi vida laboral, académica y personal».
Otra de las ventajas que ha tenido el soldado Ramos es contar con la bonificación mensual del 70 % del salario mínimo legal vigente, y a la fecha ya cuenta con ahorros que le permitirán financiar sus estudios, una vez se haya licenciado. «En los meses que llevo prestando mi servicio, he tenido todo para vivir, alimentación, alojamiento, servicios públicos y mis uniformes; es gracias a esto que he ahorrado 6 millones de pesos y, con el dinero de mi retiro, que son casi 4 millones de pesos, voy adquirir mi computador».
Este joven se ha destacado por su buen comportamiento, disciplina y su deseo de acertar en cada una de sus labores; por ello, cuando tenga su desacuartelamiento, gracias al apoyo de los profesionales oficiales de reserva, será empleado por una de las empresas más reconocidas en el departamento del Quindío.
A Ramos los 18 meses del servicio militar le han cambiado para bien su vida; pasó de estar sin rumbo, perdiendo tiempo, sin empleo y sin ingresos a tener el control de su proyecto de vida.
Ese primer paso que dio el soldado Ramos hoy lo hace sentir una inmensa gratitud al Ejército Nacional, que lo proyecta como un profesional, y muy pronto será ingeniero de sistemas, y seguramente cumplirá su sueño de tener su propia empresa de mantenimiento de computadores.
Al igual que Ramos, los jóvenes colombianos pueden tomar esta decisión trascendental para su vida, afianzarse en valores y encontrar su vocación, ya sea en las escuelas de formación del Ejército Nacional o en otros campos de la sociedad.